
5 técnicas para trabajar más y estresarse menos
El trabajo es la actividad fundamental de la sociedad, a través de éste obtenemos los recursos económicos, para acceder a los bienes y servicios necesarios para vivir. Sin embargo, a pesar de lo placentero que pueda resultar nuestra profesión, a la larga pudiera terminar generándonos estrés.
Es así que la presión de las largas jornadas y el exceso de tareas, acaba poniéndonos al límite de nuestras posibilidades. Pero, ¿Existe alguna solución al respecto?
La respuesta es sí, existen tácticas que ayudan a estimular tu productividad, y que a la par reducen el estrés derivado del exceso laboral.
¿Cómo ser más productivo?
Ser productivo requiere de esfuerzo y disciplina, pero la recompensa bien merece la pena. Una vez terminadas las tareas, quedará tiempo para relajarte y desintoxicarte del estrés.
1. Planifica las tareas de tu jornada
Para ser productivo es necesario tener bien detallado el orden de todas tus tareas. Si saltaras este paso no sabrás por dónde empezar, y más tarde estarás preguntándote cuál es la próxima tarea que corresponde hacer. Es decir, sufrirás momentos de vacilaciones que te harán perder tiempo y recrudecerán mucho más tus tensiones.
2. Concentración al máximo
Una de las grandes razones por la que no avanzamos en el trabajo, es justamente la falta de concentración. Ésta puede deberse a factores voluntario o involuntarios, que terminan enajenándote de tu faena diaria.
Durante tu labor debes desechar toda actividad que te entretenga. Evitar las pláticas con tus compañeros, el acceso a las redes sociales o cualquier otra actividad que te distraiga y te desvíe de tus quehaceres.
3. Tómate 5 minutos cada dos horas
Es importante que durante el trabajo también te tomes algunos minutos de relax. Este hábito ayudará a relajarte y recargará tus pilas para continuar con la faena.
Una manera de hacerlo sería tomándote cinco minutos libres cada dos horas trabajadas. Será el momento para ir el baño, pasear por el pasillo, intercambiar con alguien o simplemente para degustar un té.
4. Dale prioridad a las tareas más urgentes
A la hora de llevar a cabo tus tareas, no puedes olvidar organizarlas por prioridad. Primero deberás terminar las más importantes para luego darle paso al resto.
Esta práctica concentrará tus mejores fuerzas en las tareas más significativas. Para luego, de forma paulatina, ir venciendo el resto de los quehaceres de menor urgencia.
5. Aprende a decir NO
En ocasiones, por puros formalismos accedemos a comprometernos con tareas que no forman parte de nuestro contenido. Y aunque éstas parezcan casi insignificantes, también terminan robándose una parte de nuestro valioso tiempo.
En ese sentido, se impone la necesidad de establecer límites. Explica gentilmente la extensa lista de tareas que tienes y comenta tu sentir por no poder ayudar.
En fin, si llevas a la práctica las cinco técnicas anteriores no solo aumentarás tu productividad y aliviarás tus tensiones. Al terminar también contarás con suficiente tiempo para realizar tus propias actividades. ¿Qué esperas para comenzar?
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